Si bien el llamado posmodernismo ha establecido la concepción de que todo es representación, pocos han sabido demostrarlo con tanto artificio como el cineasta coreano Hang Sang-soo. En todos sus films, el mundo representado se desdobla de manera tal que lo “real” se ve matizado por lo otro: su reflejo, su representación, su sueño, su recuerdo. De esta forma, los hechos son entretejidos en una trama puramente artificial que los denota como ficcionales. Lo real queda suspendido, y el espectador no puede más que entrar en un mundo único donde nada es lo que parece.

Algo similar sucede en Woman is the future of man, las versiones del pasado de ambos amigos muestran una imagen diferente de la mujer compartida y a su vez funcionan como una estructu
ra que refuerza la rivalidad entre ellos: ambos luchan en la actualidad por la misma mujer que compartieron en el pasado. Asimismo esto se refuerza por la estructura de las escenas que dan lugar a los flashbacks, la misma proposición hecha a la mesera por ambos sólo que con algunas variaciones mínimas, una misma mujer en la calle que lleva al recuerdo. Hay cierta ciclicidad en el relato que se retoma en Tale of cinema. Llega un punto en que el espectador no puede saber si lo que está viendo es parte del film o de la realidad. Del mismo modo en Night and Day, el sueño invade la realidad, entremezclándose hasta la confusión. Las estructuras se repiten de forma circular, la realidad se refleja miméticamente o bien o hace a través del cine.

Así, el artificio creador es puesto en escena, no solo a nivel del metarelato, el cine que habla del cine, los personajes (la mayoría cineastas, actores, pintores) que hablan del cine o del acto creador mismo sino también mediante los mecanismos de construcción del relato. Mecanismos que no sólo develan la construcción de la representación sino del mundo que reflejan.
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