Tres historias que escapan de lo cotidiano, que lo hacen saltar situándo al espectador en ese lugar incómodo o placentero de la vacilación. ¿Puede ser verdad eso que se me está contando, que estoy viendo? Uno duda porque los hechos escapan de la pura razón, adentrándose más bien en el mundo de las aventuras, casi de lo fantástico. Todo parece inverosímil pero aun así es, “De todos modos, si le dijera la verdad no me creería” dice Z.
Se trata de situaciones nimias, personajes universales: X, Z, H que se particularizan a partir de una cadena interminable de hechos que van configurando esos mundos que como bien decía Todorov no pueden situarse más que en el presente[1]: y de ahí el gran hallazgo de la voz en off.
En Historias extraordinarias todo sucede en el presente de la narración. Hay alguien que cuenta, detalla lo que sucede, explica, anticipa. De esa forma, al igual que en la literatura, se crea un mundo con palabras. Se crean personajes, situaciones. Un universo único al cual el contrapunto de la imagen complementa generando un nuevo sentido. La imagen neutraliza, asombra, acompaña, desborda. Cada imagen se resignifica por la palabra y viceversa. De ahí la risa o la intriga.
Es la voz del narrador la que posibilita la construcción en presente de la historia. Ésta no se presenta de forma conclusa como en cualquier film donde los hechos ya están narrados de antemano sino que aquí el espectador tiene la sensación de que se construyen en ese momento, porque se lo están contando. “Quien oye un relato participa de la comunidad de los narradores (…) participa de esa sociedad”[2] Así el espectador se sumerge en el extraordinario mundo de X, Z o H y no lo abandona.
[1] Todorov, T. Introducción a la literatura fantástica, Barcelona, Buenos Aires, p-54
[2] Benjamin, W. “El narrador. Consideraciones sobre la obra de Nicolai Leskov” en Sobre el programa de la filosofía futura y otros ensayos, Caracas Monte Avila, 1970, p 204.
Es la voz del narrador la que posibilita la construcción en presente de la historia. Ésta no se presenta de forma conclusa como en cualquier film donde los hechos ya están narrados de antemano sino que aquí el espectador tiene la sensación de que se construyen en ese momento, porque se lo están contando. “Quien oye un relato participa de la comunidad de los narradores (…) participa de esa sociedad”[2] Así el espectador se sumerge en el extraordinario mundo de X, Z o H y no lo abandona.
[1] Todorov, T. Introducción a la literatura fantástica, Barcelona, Buenos Aires, p-54
[2] Benjamin, W. “El narrador. Consideraciones sobre la obra de Nicolai Leskov” en Sobre el programa de la filosofía futura y otros ensayos, Caracas Monte Avila, 1970, p 204.
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