La nueva precuela de la conocida
saga Alien ha revuelto el mundo de la ciencia ficción, trayendo debates y
diversas interpretaciones sobre lo que realmente sucede en el film. Más dudas que
certezas, misterios que revelaciones, hacen de este film de Ridley Scott una
cita obligada para los amantes del Sci-fi.
La secuencia inicial nos muestra
un humanoide de grandes dimensiones sacrificándose en un paisaje que bien
podría ser la Tierra. Según los científicos protagonistas de esta
historia, Elizabeth Shaw y su
pareja Charlie Holloway, serían
estos humanoides los que habrían dado origen a la vida como la conocemos. Ellos
habrían sido nuestros creadores, desafiando toda teoría Darwinista y apoyándose
en las pinturas rupestres milenarias que darían prueba del contacto de estos
seres con los humanos., incluso dejando pistas de dónde encontrarlos. Y allí
comienza el viaje del Prometheus hacia el planeta señalado, no para encontrar
respuestas sino más preguntas.
Ahora bien, estas ansias por
obtener el conocimiento y su castigo no son nuevas y el título del film no es
nada casual. Por un lado, en la mitología griega Prometeo era un titán (tal vez
la forma gigantesca de los
humanoides no sea tan casual después de todo) que roba el fuego eterno (fuego =
luz, conocimiento, ilustración) a los dioses para entregárselo a los hombres
para luego ser castigado por Zeus. Incluso en otra versión del mito es Prometeo
quien da vida a los seres humanos a partir de un molde de arcilla. Luego, en la
novela de Mary Shelley, Frankenstein o el
nuevo Prometeo (primer texto de ciencia ficción), el mito se reinterpreta. El
Dr. Frankenstein da vida a un ser inanimado, algo que solo Dios podía hacer.
Este intento de ocupar un rol que no le corresponde, de encontrar los secretos
de la vida terminan volviéndose en su contra. La criatura se convierte en una
amenaza y él se ve obligado a buscarla para terminar con ella antes que acabe
con todos sus seres queridos. Es decir que en la novela, Frankenstein, el nuevo
Prometeo, es castigado no por los dioses sino por su propia creación. En el
film esto se repite en varios planos. Por un lado, los humanoides planeaban
volver a la tierra para terminar con la vida humana. El planeta donde desciende
la nave parece ser una base estratégica donde las armas de destrucción masiva
para este fin (una especie de virus) son almacenadas. Sin embargo, los
científicos con ayuda del androide David descubren que este mismo virus o arma
biológica se volvió en contra de los humanoides, exterminándolos. Esto se ve en
las imágenes almacenadas en la nave alienígena donde resulta que uno de estos seres
había sido congelado. Ante la
necesidad de encontrar respuestas deciden revivirlo. David está buscando el
secreto de la vida eterna, única forma de mantener con vida a su amo ya moribundo.
Y tal vez por desafiar nuevamente el designio de Dios (sólo Él tiene vida
eterna), la criatura que parecería tener la respuesta, su creador, termina
matándolos a todos excepto a Elizabeth quien logra sobrevivir. Y ahora, aquí
viene un punto de giro interesante.
Elizabeth se salva porque este humanoide es atacado por el feto
alienígena engendrado por ella y Charlie ya infectado con el virus. De esa coalición
nace Alien como lo conocemos. Especie que empezará a incubar miles de huevos
que atacarán a los seres humanos de Nostromo y del resto de la histórica saga. Todo
esto no es más que una cadena de alteraciones genéticas que demuestran que el
avance de la ciencia se ha escapado de las manos no solo de los hombres sino de
los extraterrestres. . Así como en la novela de Shilley se habla de un castigo
por el mal uso de la tecnología y el mal como consecuencia de ello, acá no hay
muchas diferencias. Finalmente todos son castigados (humanos, creadores,
androides). Todos han desafiado a Dios e intentado ocupar su lugar. Tema no
menor en Prometheus. Elizabeth
siempre lleva consigo una crucifijo. David el androide no logra entenderlo, e
intentará cuestionar racionalmente esta creencia, siempre poniendo en duda el
lugar de Dios, apoyándose en la ciencia y sus avances. Y si bien Elizabeth
tiene un momento de crisis, luego de la muerte de Charlie y de recordar la
trágica muerte de su padre por motivos similares (el virus del Ebola), ella se
mantiene firme en la fe hasta el final. Y tal vez no sea casual que sea ella la
única que se haya salvado. Sin embargo, el final nos deja vislumbrar otro futuro
para ella. En vez de regresar a la Tierra con la ayuda del androide, ella
decide ir al planeta de los creadores para descubrir por qué querían matarnos.
Nuevamente ¿el afán del conocimiento nos llevará a una secuela y una nueva ola de muertes? Lo veo venir.
Mejor escena: la auto operación de Elizabeth para extraerse el feto
alienígena. Esta muchacha ha demostrado que es una gran actriz (y sino a vean
la saga Millenium, la actriz de
Fincher en la versión gringa The Girl
with the Dragon Tatoo no le llega ni a los talones).
3D. Vale la pena sobretodo la primer secuencia. Hacer un buen uso
de la tecnología es poner el recurso técnico al servicio de la narración. Ahora
ya aprendimos que no hay que
abusar. Todo en su justa medida. Scott lo logra.
2 comentarios:
No dejaría de lado la simbología sexual que tiene no solo esta pelicula, sino toda las sagas de alien tambien. Las formas (el huevo, la nave uterina, las incubadoras, el bicho con forma de pene que mata metiendose en la boca del humano!). La creacion, pero tambien desde la procreacion, y el aborto y la muerte, la suciedad y su relacion con el sexo y, mas en esta peli que en las otras, la religion que se mete ahi en el medio, a hacer quilombo, como siempre. Son re porno todas las alien.
Muy cierto.
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